Los cañones de madera

Un regimiento de artillería de la milicia de un Estado solicitó al Gobernador cañones de madera para practicar.

Los cañones de madera —explicaron— serán más baratos que los verdaderos.

Nadie podrá decir nunca que sacrifiqué la eficiencia por la economía —dijo el Gobernador—. Tendrán cañones verdaderos.

Gracias, gracias —exclamaron entusiasmados los guerreros—. Los cuidaremos mucho, y en caso de guerra los devolveremos al arsenal.

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