La Cigarra y la Hormiga

Un día de invierno una Cigarra hambrienta pidió a una Hormiga un poco de la comida que ésta había almacenado.

¿Y por qué —dijo la Hormiga— tú no almacenaste comida también, en vez de cantar todo el tiempo?

Lo hice —dijo la Cigarra—, lo hice; pero vinisteis vosotras, las hormigas, y os llevásteis todo.

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