El Optimista y el Cínico

Un hombre que había experimentado los favores de la fortuna y era Optimista se encontró con un hombre que había experimentado a un optimista y era Cínico. El Cínico se apartó del camino para que pasara el Optimista en su carruaje de oro.

Hijo mío —dijo el Optimista, deteniendo el carruaje de oro—, por tu cara parece que no tuvieras un solo amigo en el mundo.

No sé si lo tengo o no lo tengo —respondió el Cínico—, porque el mundo es tuyo.

Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Asociacion Cultural y Educativa Contracorriente -  Alojado por Overblog